Después de dar vueltitas por Unquillo, llegamos al Recodo donde fuimos hospedados y nos recibió un sapo en la biblioteca, mochila moviendo su cola, un estrés increíble (estábamos rodeados de cemento como podrán comprobar en las fotos) y la hospitalidad Martiana. Nos dieron desayunito, conversamos y fuimos a descansar después de esas 9 horas de viaje en bus pues esa misma noche (17-01) tocábamos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ahi se respira libertad !!
ResponderEliminar...lindas tomas !!