Leo, el dueño de Lorenzo nos acogió en su casa durante toda nuestra estadía, un tipo muy bacán, profesor, de esos que enseñan con el alma, creyendo que podemos ser mejores cada día y aportando su granito de arena enseñando a chicos de comunidades de extrema pobreza, muy buena onda, chelero y parrandero; nos presentó a su vieja, hermana y sobrinas, salió con nosotros a dar abrazos en Mendoza y quedó encantado, nos amenazó con seguir la campaña por allá.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario