
El reto es obvio, hay que llegar a la cima de la pirámide del sol, ya recorrimos los 4 kilómetros? que tiene la estancia, ayyyyy, bueno pasaron casi dos horas en el paseo y hemos dejado para el final, el magno acontecimiento. Subimos, llegamos casi todos, Myrna tiene mas vértigo que nunca, pero llegó a la penúltima estación, nos quedamos un rato arriba y tomamos fotos, la vista es tremenda, impacta, refresca y bueno, todo lo que sube… la bajada es mas fuerte que la subida, debemos ayudar a Myrna para que no le de un soponcio, llegamos abajo, misión cumplida, dejamos Teotihuacan, Wow.
Salimos a dar unas vueltas: al zócalo, lugar que ya conocíamos pues es punto obligado de visitar para el turista y como ya habíamos estado en DF en el 2007, este era muñequito repetido, pero igual lo hicimos y no nos quejamos en lo mas mínimo, caminamos también toda la acera de las bancas, son un par de cuadras llaneras de ida y vuelta en donde según nos contaron Eduardo y Rocío, a alguna empresa se le ocurrió poner una banca de regalo para el DF y muchas otras se unieron a la idea y fueron aportando, cada banca tiene un motivo diferente como podrán ver en algunas fotografías, es bastante simpático el paseo si no hace mucho calor, además debes pasar por el ángel de la independencia, así que se matan dos pájaros de un tiro. Con nuestros anfitriones salimos varias veces a comer alguito, Luz fue al concierto de Silvio en el mismo auditorio de lo de Rubén, gracias a los contactos de Rocio consiguio entrada con las justas! se fue feliz jeje, y bueno caminamos bastante los días que logramos salir de la cama jajaja.
Como un extra en este punto, debo contarles que Rocío hizo unas enmoladas que estaban de la PM carachos y que a este pechito lo pusieron a cocinar un pasticho (lasagna) un día sábado antes de partir, y no dejaron ni las fotos y Eduardo vio la vida en azul despues de una copa de vino jajaja, la pasamos muy chévere, Myrna e Ivonne nos hicieron caminar unas miles de cuadras por las puras, pues cuando llegamos a su encuentro nos dijeron que debían ir de forma inmediata hasta… justo donde nosotros nos bajamos para empezar a caminar. Nos comimos por fin la torta cubana esa famosa que tiene todo lo que no hay en la isla, que irónico; estaba riquísima y pasaría a ser parte de la dieta durante nuestra estadía, aunque en otro punto de la ciudad.
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