martes, 10 de noviembre de 2009

Paseos y comidas.

Los paseos fueron varios como ha sido cada vez que tenemos oportunidad, fuimos al “Tajín” zona arqueológica que está ubicada a unas tres horas del puerto, no fue muy tempranera nuestra partida pero llegamos a las ruinas, fuimos un día domingo porque es gratis, nuestros bolsillos no están para abusos, aunque esta visita no lo es pero carambas entramos a México casi en rojo, solo con 50 dólares en nuestro haber… es gratis para los oriundos del estado confederado no para los visitantes, así que a hablar chilango mano o a callarse la boca mejor que para eso está Myrna pues, antes de entrar al complejo nos detuvimos en las afueras para ver a los voladores, cuatro tipos que se trepan a un palo altísimo, y mientras uno de ellos toca una ocarina o zampoña o que se yo, los otros se lanzan de cabeza hacia el suelo pero de manera paulatina amarrados por la cintura; las cuerdas se van desenredando en la bajada y así va transcurriendo el acto hasta que llegan a tierra firme, es bastante veible la vaina, tiene trajes coloridos típicos y al llegar al suelo piden algún tipo de recompensa ya que son artistas independientes y el estado, ni el ministerio, ni la congregación, ni nada los ayuda para mantener vivas nuestras tradiciones.

Luego de una parada estratégico-biológica, dimos cara a la entrada al complejo, ahí se presentaron en todo su esplendor las pirámides truncas de la civilización Totonaca; es un complejo bastante grande, con varias edificaciones, muy limpio y ordenado todo, no conseguimos guías ese día pero nuestra muy inventiva amiga Myrna compró algunos folletos e iba mas que leyendo, interpretando todos los puntos, asteriscos, llamadas y signos de cada uno, para que nosotros nos imagináramos la forma de vida de aquella ancestral civilización, tomamos bastante fotos pero no pudimos cubrir toda el área, la guía no supo como seguir el camino amarillo y solo nos dimos cuenta cuando entramos en el museo, una vez que abandonamos la zona de ruinas y vimos la maqueta del lugar jajaja, nos faltó un pedazo no muy grande pero si importante, empezó a llover poco antes de subirnos al carro, no habíamos comida así que en el camino hicimos una parada que estuvo “extraminaria” desde donde se veía un extenso valle de naranjales cruzado por un río mientras nos servían en el balcón del restaurante familiar, unas comidas típicas que estaban “de muerte”. Luego a casita a descansar… el día estuvo largo y fructífero.

Xalapa.

Nuestra muy delgada amiga nos prestó el carro para que fuéramos por el día a Xalapa, partimos y para conocer un poco mas tomamos las vías alternas, no las autopistas con casetas (peajes) en el camino pueden verse pueblitos muy lindos y pequeños, ofertas de la tierra y nuestra gente, al llegar a nuestro destino encontramos una ciudad muy diferente a lo que el puerto nos brindaba, Xalapa queda en la sierra, sus calles suben y bajan como en San Antonio de los Altos, Quito, Cusco, etc, es muy arbolada y cuentan que es muy cultural, eso lo sabremos a la vuelta pues estamos tratando de hacer contactos para tocar allí, ojala se den, estacionamos el auto y emprendimos la caminata; ante nuestros ojitos se presentó una edificación colonial bastante bonita, una plaza central muy chévere y una lluvia no muy intensa sobre nuestros hombros nos acompañaba, pasamos a comer helados artesanales, también nos detuvimos en un local con un ofertón de tacos: rellenos con la foto de lo que “al pastor” debía ser con alguna salsa picante, los acompañamos de su respectiva chela y ahí me tomé una foto con mi hermano gemelo que verán de todas maneras en el slide de esta parte de México.

No fue muy larga nuestra visita pero algo conocimos de esta linda ciudad, como les dijimos: quedamos con ganas de volver para hacer algo por ahí; nos subimos al carro de nuevo y a casita, en la carretera nos agarro un palo de agua así que tomamos la vía rápida pues Luz se siente mas segura así, es mas amplia y hay oportunidad de parar si la lluvia se pone muy intensa… llegamos sin contratiempos.

Una tarde en la playita…

Myrna del Barrio nos dejó en las arenas de Veracruz para que pasáramos la tarde, un día después de almuerzo, nos pareció muy apropiado y aceptamos el reto, lo que ustedes no saben y nosotros si porque ya hemos estado antes en esas playas es que no hay palmeras carachos, así que el sol pega sobre el lomo todo el rato y los pocos toldos que hay, ofrecen algo a cambio de sombra y asiento, así que caminamos bastante bajo el sol abrazador de la tarde, la sirena incursionó en aguas veracruzanas, este pechito prefirió no hacerlo porque ya se venían los vientos helados y no tenia toalla y también porque el agua es muy bajita hasta unos 300 metros al frente y eso de mojarse las rodillas y llenarse el traste de arena no me piache. Lo que si me piachó fue eso de que nos sentáramos a disfrutar de unos caguamones Sol en un Oxo, mientras esperábamos a Myrna, que ya llegaría en unos 20 minutos mas… estaban deliciosas, heladitas, justas.

De las comidas puedo decir un par de cosas, estaban ricas las que hice, y la agenda estuvo llena de comidas en el exterior, las picadas y enmoladas doña Ana, los tacos ”parados”, las tortillas de arracheras con algo, los otros tacos, las y los, acompañadas de mas caguamas, ayayay que manera de comer caballero jajaja.

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