martes, 2 de febrero de 2010

Omar y el nuevo espacio.

El pana Omar fue quien acudió al llamado cuando se presentó la emergencia en la otra casa, el compa es de la tropa, es un tipo bien bacán, tranquilo, amante de la música, anduvo por tierras gauchas hace como tres años y paso a visitarnos también, ahí nos conocimos, yo andaba trabajando en el taller de lutheria y lo llevé porque quería comprar un charango, ahí compartimos unos mates con mi pana Eduardo y vio nacer el primer Ajayu del planeta, el pana trabaja desde las 12 del día hasta las 8, tiene tres hijos pero esta separado, nos había dicho que en su casa estaba ajustada la cosa pero bueno, tratándose de algo urgente… para allá nos fuimos, era domingo y primero pasamos por la sala de ensayo que tiene con sus amigos , lugar donde se habia realizado la noche anterior la reuna tropera de bienvenida a estos pechitos, pues es su día de preparar nuevos temas y repasar el repertorio, tienen una agrupación llamada “Los Chamanes”, el ensayo duro bastante, creo que hasta la media noche estuvimos por ahí, llegamos al depa en Manhatan y pasamos a acomodarnos, ahí estaba el primo durmiendo ya y la cama que estaba destinada a nosotros era esa, así que el primo debió despertarse, tomar sus cosas, abandonar el cuarto y dejarnos el espacio; les digo todo esto porque la relación después con él no fue nada buena y creo que la razón radica en la estrategia esta de la primera noche. El loco estaba estudiando y se encontraba ya en los días de exámenes finales, su saludo de buenos días a la mañana siguiente fue “ ustedes hasta cuando se quedan? porque no puedo pasar otra noche así” ayayay jaja. Omar no se hizo bolas, piensa igual que nosotros y además nos dijo que el chamo andaba así por lo de los exámenes, bueno… nos quedamos ahí hasta el miércoles (la primera vez) el jueves era el día de gracias y estábamos invitados a pasarla fuera con unos panas, pero el domingo estuvimos de vuelta, hasta el jueves siguiente si mal no recuerdo día en que volvimos a mudarnos.
Los días que pasamos con Omar conversamos muchísimo, ya que mi pana entra a medio día a trabajar, aprovechamos de compartimos momentos musicales, historias y anécdotas; siempre estuvo atento y cariñoso con nosotros, nos invitó a su lugar preferido de comidas el día que nos despedimos, un restaurantito mexicano donde sirven un sopón enorme, preciso para esos días de frío que estaban comenzando en la ciudad. Estuvimos en un par de ensayos de los chamanes, que disfrutamos de verdad, muy buen trabajo el que están haciendo y los chicos súper simpáticos, nos consiguió una tocada en “El Cafecito Bogota” en Brooklyn, nos invitó otras ricas comiditas y pudimos sentirnos en familia!

Gracias pana por ayudarnos de manera incondicional y compartir tus ratos, tu casa y tu música… un abrazo fuerte y suerte con todo.

1 comentario:

  1. Omar!! qué hermosos recuerdos tengo de este hombre entrañable. Con él tuve una de mis primeras muestras de solidaridad, de apoyo incondicional que sólo quien es tropero puede entender. Un beso Omar, lleno de cariño.

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