Otavalo.

En Otavalo, todo es de colores, sus calles, las casas, la feria, las ropas que confeccionan, pero me llamó la atención que las ropas propias de los otavaleños, no son tan coloridas, mas bien es basada en blanco y negro o un color oscuro, azul, marrón.

Viajamos 2 horas y media pero no por la distancia sino porque el bus va a 10 dentro de la ciudad pues como sale vacío del Terminal hay que llenarlo, luego va parando en cuanto sitio le muestran la mano, pero bueno esto no es una queja esto es para que se den cuenta que tan parecidos somos en nuestros tierras. Apenas llegamos, entrompamos hacia la feria a ver la manufactura artesanal otavaleña, como ya les dije, todo es de colores vivos, provoca comprar miles de cosas para tu hogar, pero como ahora no tenemos hogar y no podemos cargar nada, fue una visita medio masoca jajaja pero linda.

A las 13:10 nos dio hambre y fuimos a comer… coño que ya se ha acabado todo! NOOOOOOO. Estos carajos mi gente, comen temprano y aunque habían otras propuestas mas chatarreras, teníamos ganas de una comidita casera, así que insistimos hasta dar con un restaurantito familiar donde nos alimentamos.

Así nos dio la tarde, entre fotos, artesanía, paseos, plazas, hasta que decidimos que era hora de pegar la vuelta, de nuevo dos horas y media para llegar a casita. El paseo estuvo chévere y Otavalo lindo como siempre.