Es tropera, trabaja con las comunidades indígenas de su país y con personas de escasos recursos ayudándolos a que sus pequeñas empresas subsistan en este ataviado mundo de individualidades, lleno de “vivos”, cuando le toca jornada en el campo, sale muy temprano y regresa o muy tarde o al otro día, pero esta feliz con su chamba y aunque llega muy cansada, siempre regala una sonrisa.
Nos ayudo con los contactos donde tocar, recibió a Buli, nos paseó en el carrito por la ciudad, nos llevo a la “Capilla del hombre”, a Guayllabamba a pescar tilapias, nos hizo juguito, nos puso una peliculita, etc... pero no me cambió el libro carachos ;-), Es baja de estatura, atenta y muy chévere, organizó en su casa la reúna tropera y tomó chelitas con nosotros cuando lo ameritó la ocasión.
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