El cruce lo hicimos en bus, desde la ciudad de Tijuana parte una empresa gringa llamada Greyhound, llegamos a la línea, miles de autos sin exagerarles ni una letra, el conductor nos dice que bajemos todas nuestras cosas para pasar a revisión, se va… Buenos días señores, a donde se dirigen, préstenme sus pasaportes, van a necesitar un permiso, deben sacarlo allá. Diligencia de permiso, cuesta 6 dólares cada uno, tres meses para Eulogio y 6 para Luz María, primera vez que ganan los peruanos en este tipo de cosas, regresamos a la aduana, todo en orden, pasen sus maletas por acá, listo, bienvenidos, salimos. Y donde esta el bus?, donde queda Greyhound? Pero que se han creído esos locos? Resulta que nos dejaron botados, salimos y estábamos en San Ysidro, pueblo aledaño al lado mexicano, preguntamos por el Terminal de la empresa y nos dieron las coordenadas, no pudimos seguirlas pues solo abarcaban dos cuadras y después por obra y gracia, así que preguntas de nuevo, allá muchachos, allá esta la vaina caminen ese trecho y lo consiguen, y bueno allá fuimos con nuestras maletas, lo encontramos, el bus se fue hace 5 minutos, ese que teníamos ya tomado pero que nos destomó, ese que llegaría a destino a la hora que le dijimos a nuestro pana para que fuera a buscarnos desde San Bernardino (a una hora mas a menos) pues como no tienen Terminal ahí, lo mas cercano es Los Ángeles, y que hacemos ahora señor, la empresa debería de explicarle a los pasajeros y no dejarlos botados y esperan o dejar a alguien que los guíe y bla, bla, bla… el pobre tipo se caía de vergüenza ajena pero había que esperar a que saliera el próximo bus, llamamos a Irving, le contamos, así que extenderá su tiempo para viajar a Los Ángeles a nuevo horario. Había que alimentarse pues, salimos a eso de las 9 y ya eran las 12:30, la foto habla por si misma, “Al país que vayas, has lo que veas”, pero coño ¡qué feas que estaban!
El bus llegó y arriba gente, hay que rodar 4 horas.
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