Mientras nos encontrábamos en DF, a nuestra querida amiga Rocío se le prendió el bombillo y nos contó que Alexita vivió en Tijuana, que Alexita estaba muy ligada a la parte cultural en le ciudad, que Alexita puede ayudarnos a hacer contactos para esta gira loca y… ¿Qué esperas para llamar a Alexita mujer? – ya Eu pero no te enojes- pero si no estoy enojado mujer, llamemos a ver que pasa.
- Ring, Ring, no contesta carachos habrá que enviarle un mail e intentar mas tarde.
- Bueno pero ya sabemos que por ahí puede pasar algo.
Algo pasó, Alexita nos dio datos de varias personas y lugares en Tijuana, uno de ellos Carlos Rosario, veracruzano de Veracruz, jarocho hasta la médula, fue el tipo que llegó a buscarnos a la estación de buses, gestor de cultura en la ciudad aunque su negocio no es el de espectáculos, pero es que ama con tanta pasión la música de su tierra que ha logrado grandes cosas con el son acá en Tijuana, irónico no? No escuchamos sones en Veracruz y vinimos a caer con sonero, decimista e improvisador a unos miles de kilómetros de distancia…. que mal la vamos a pasar!
No llegamos a su casa de una, porque el Instituto de Cultura de Baja California nos contrató para dar dos conciertos, uno en Tijuana y otro en Rosarito, así que nos recibió y nos llevo al Caesar Hotel de la ciudad, esa seria nuestra morada por tres días, un cuarto cómodo, la aclaración inmediata de que en ese Hotel fue que nació la ensalada famosa, y bueno
- échense un bañito y paso a buscarlos para ir a cenar.
- chévere compa, como en hora y media estamos listos pa’ la foto pues.
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