miércoles, 23 de diciembre de 2009

Una noche y medio día en Los Ángeles

Mientras estuvimos en Tijuana, Carlos nos dio un dato en Los Ángeles, es mas el mismo llamó a su amiga para ver si podía alojarnos en su casa una noche para tomar el avión que nos llevaría a Oukland. Columba se llama la mujer, estuvo muy contenta de poder ayudarnos y de que Carlitos la llamara,
- como no mi amigo, no se diga mas, que pasen por acá los chicos, mi casa es su casa…

Quedamos que Irving junto a Marcela irían a dejarnos a la puerta de su casa en la ciudad, así fue, Columba acababa de llegar del trabajo, es “nani” cuida a dos chicas por allá cerca de la playa, la mujer esta también es veracruzana, también tiene su tarima y zapatea el son, así se conocieron con Carlos, nos estaba esperando con un queso de su tierra, mucha conversa, (que manera de hablar carambas) una tremenda sonrisa, comida; una mujer muy simpática. Detrás de ella llegó su amiga, otra veracruzana que está de paso por su casa, haciendo negocios para llevar a su tierra. Nos despedimos de Irving y Marcela, entramos en la casa de Columba y empezó una nueva onda enseguida, que química que hubo, que agradable persona, su hija bajó, se presentó, subió, nos mostraron nuestro aposento, tomamos vinito, charlamos hasta altas horas de la noche y hubiera sido mas, pero había que levantarse temprano para dejar a la chica en el bus del colegio, después tenia planeado para nosotros un paseo por la ciudad, en auto. Salimos desayunaditos, a eso de las 9 (el avión parte a las 13:30), hay que aprovechar el tiempo, además ella entra a trabajar a la una de la tarde, fuimos a ver algunos edificios característicos de la ciudad de Los Angeles pasamos por Brodway, la acera llena de estrellas para famosos o para quien pueda pagar por poner su nombre ahí, vimos las afamadas letras de Holiwood en el cerro (de lejos) bajamos a Santa Mónica, estuvimos en el popular muelle ese que sale en todas la películas filmadas en esa playa, pasamos por Beverly Hills, llamaron a se celular
– la niña no se siente bien, debe pasar a recogerla,
- no se preocupen chicos, la escuela queda en la ruta, recogemos a la niña, la dejamos en casa de su papá y listo,
- chévere. Seguimos,
- tienen hambre?
– un poco,
- cuando tengan hambre me avisan para llevarlos a un sitio donde venden unos sanduches espectaculares

Sigue el paseo, tomamos fotos pero la cámara ya se esta “tirando tres” se ven borrosas, hay que mover acá para que enfoque, listo se ven mas o menos, ya se ven mejor.
- mira el circus ¿olei?
- ya tenemos hambre.
- hijole, vamos entonces, nos cuadró todo perfecto, la sanduchería esta cerca, comemos y vamos al aeropuerto.

¡Que ricos panes carachos!, estaban de maravillas; se acabó el paseo, tomamos rumbo al aeropuerto para que estos viajantes siguieran su camino, nos dejaron, nos abrazamos, besamos, y despedimos con la firme promesa de volver a vernos, ademas, Columba quiere que cantemos en su ciudad, o mas bien desea brindar una velada en su casa para sus amigos y gente mas afín, así que el compromiso está adquirido y las ganas de volver, a flor de piel.
– Chama… volveremos a vernos, ha sido un verdadero placer conocerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario