Para llegar como les dije estuvimos mucho rato esperando en el aeropuerto de escala, además el avión que estaba destinado a llevarnos no quiso salir del andén y causó una demora significativa en nuestro viaje, pero bueno, pudimos avisar esta vez por teléfono a nuestros anfitriones y coordinar con bastante perfección la búsqueda de estos dos seres nómadas en el aeropuerto de la ciudad, ahora… ¿Quiénes eran nuestros anfitriones esta vez?Resulta que la mamá de Luz y su esposo Don Carlos, pasador a darse una vuelta por Florida para visitar a Luz y pasar las fiestas decembrinas junto a nosotros,, estaban ya esperándonos en el aeropuerto, abrazos van y vienen, besos también son validos caray, las maletas no salían, las maletas no estaban, - ayyyy, donde estarán las maletas? - “veamos si por lo del retraso llegaron antes que ustedes en otro vuelo”, - yeeeee!! Ahí están resguardadas, ¡Que chévere!..., - arriba carachos que hay muchas cosas que contar aunque seamos lectores del blog, ¡arriba pues!
Llegamos al departamento que el papá de un “famillar” de manera muy gentil cedió por unos días a sus consuegros. Como siempre había un itinerario bien nutrido para aprovechar cada momento que estaremos en este punto del planeta, pero esta noche se necesita un poco de tranquilidad por todo ese tiempo que anduvimos de allá para acá, mañana será otro día, ¡que chévere que nos hayan dado el alcance!
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