jueves, 25 de marzo de 2010

Los tíos de Luz y la estadía

Carlos y Mariel son los tíos de Luz, que luego de varios días y de estudios muy exhaustivos, se llegó a la conclusión que él y Luz en realidad son primos en algún grado, pero mi querida compañera le dijo a el susodicho primo, “Tío, no me cambies la historia por favor” así que siguen siendo tío y sobrina, y ¿por qué esta relación? mejor seguimos en lo del descanso…

Frederick, pequeño pueblo a unos 45 minutos de la Capital, Carloto y Mariel tienen una casa en los suburbios de este lugar, ahí el se dedica a criar alpacas, ella a diseñar en la computadora, la granja es bastante grande, la casa amplia, nuestros aposentos muy privados, tienen un perro llamado chip que es una locura, llegamos con Ana y Mateo, ellos pasarían el fin de semana, nosotros nos quedaríamos un buen tiempo a relajarnos, eso ya estaba conversado desde hace bastante.

El tío Carloto es más alto que yo y rellenito también, está jubilado y es híperquinético, tiene que salir sus tres veces por lo menos de la casa para estar tranquilo, la tía es más relajada. Nuestra estadía en este lugar ha sido un sufrimiento de aquellos mi gente, todos los días solo comíamos, dormíamos, tomábamos sus chelas respectivas, leíamos, veíamos tele y disfrutábamos del paisaje “Que estrés”, imagínense un zorro rojo cruzando por el jardín, gansos salvajes surcando el cielo tres veces por semana, las alpacas en el corral, venados que estaban muy visibles en los campos cuando salíamos de compras, una que otra águila y que se yo, también aprovechamos de sacar nuevas canciones y renovar el repertorio.

En este interín esperábamos que cayera nieve, ya conocemos las nevadas y hemos vivido esa sensación, pero siempre es emocionante para un sudamericano no muy sureño, vivir esa experiencia. La madre naturaleza fue bastante generosa con nosotros y nos regaló una tormenta de 36 horas con muchísima nieve, desde el año 96 que no se vivía un temporal como este, el campo estaba hermoso, blanquísimo, los tíos sabían de nuestras expectativas, salimos en un momento de amaine y empezamos la elaboración profesional de un muñeco de nieve… wowwwwwww que emoción teníamos, parecíamos un par de carajitos, el perro corría a nuestro alrededor, la tía Mariel confeccionaba los elementos decorativos para la ocasión, terminamos luego de un par de horas, el viento helado casi nos hace sucumbir pero las ganas eran más fuertes, el muñeco quedó chévere, disfrutamos de nuestra obra desde adentro a través de los grandes ventanales con la calefacción de la casa arropándonos y un rico chocolate caliente con whisky que nos preparó la tía. Al día siguiente habría que palear nieve, con el tío Carloto salimos a esos menesteres pero había mucho viento, se podía ver como la nieve cambiaba de posición, así como las dunas en el desierto, Carloto logró despejar el camino de salida desde su casa hasta la carretera, pero muy a su pesar vio como su trabajo de casi 4 horas, quedaba sepultado bajo la nieve de nuevo por la acción del vendaval, “mañana será otro día”.

Un día más, ahora sin viento y con muchísima nieve, el vecino llegó con su tractor para ayudar a despejar el camino, el tío ya no soportaba más el encierro, tenía que salir, las provisiones de cebada mermaban, nosotros por nuestra parte decidimos que el muñeco de nieve necesitaba familia, un papá, así que emprendimos la labor en un compañero mas grande, casi del doble de tamaño nos quedó y lo logramos en menos tiempo, el día estaba soleado, el perro seguía en lo suyo, esta vez los tíos salieron a tomarse fotos con los muñecos porque la verdad es que estaban de maravillas carambas jajaja, todo seguía su curso.

Hicimos varios platillos en un proyecto de “cada quien cocina un día” para mostrar sus cualidades culinarias, este pechito se botó mi gente… oops, afloró mi pequeño argentino; estaba tan copado el itinerario que Luz tuvo que dejar de hacer su especialidad por proposiciones superpuestas, pero junto a Marisa hicieron el postre de la cena navideña que la verdad quedo MMMMMMMMMM, y hablando de navidad, llegó pues, pero de manera extraña, en intervalos, primero pasado el mediodía con un almuerzo tamalero y sus alcoholes, a eso de las 7 una siesta para algunos que se prolongó bastante, como a las 10 empezó la cena, pero el cansancio arreciaba y algunos miembros propusieron abrir los regalos al día siguiente, luego de un manifiesto democrático, se determinó hacerlo de ese modo pero no se nos comunicó hasta luego del pequeño concierto que les dimos a los tíos y a Marisa esperando que dieran las 00:00.

25 de diciembre: se juntó toda la familia alrededor del árbol que armamos al llegar; y ahora que recuerdo, en casa de Ana también armamos el susodicho; apareció el pana Jorge, primer caído en batalla el día anterior, este es para ti, este te lo mandó no sé quien, ayyy que lindo, gracias, wow justo lo que necesitaba, gracias, mira Mateo, mmm este como que no me queda, están chéveres las pantuflas, gracias… todo en orden y el hambre apremia, así que almuerzo dispuesto y las ganas a millón ahora si todos en la mesa para disfrutar del famoso rissotto de camarones que un personaje ya conocido por ustedes prepara tan rico caray. Cayendo la tarde nos abandonaron los demás comensales pues al día siguiente existían las obligaciones cotidianas de los seres humanos, nosotros por nuestra parte nos quedaríamos un par de días más a sufrir el estrés ese que nos agobiaba.

Los tíos además de las comilonas que tuvimos en su casa, que coronaron con un arroz con mariscos ya no ya mi gente, nos invitaron a comer fuera un par de veces, la comita vietnamita estaba bien sabrosa, nueva para nosotras pero no muy lejana a nuestros paladares. El espacio predilecto del tío Carloto en su casa fue aprovechado también por este par de transeúntes, solo sufrimos un poco de frio al salir pero el rato que estuvimos ahí, lo pasamos de maravilla, ni que decir de nuestras visitas a las alpacas, estar ahí un rato con ellas estuvo lindo, no nos aprendimos los nombres aunque son pocas, pero si las fotografiamos y tratamos de darles comida de nuestras manos pero todavía están un poco en estado salvaje, eso es lo que el tío prefiere. Y bueno llega la despedida, el avión sale muy temprano el día 28 y aunque no son muchas horas para llegar a Forloderlade, tendremos que hacer escala y esperar bastante lo que hará que pasemos todo el día en los aeropuertos respectivos, así que preparemos maletas, despidámonos y digámosle a los tíos de Luz que la pasamos de maravillas, que quedamos encantados con nuestra estadía en su casa, que nos conocimos un poco más y mejor y que ojala se repita… muchísimas gracias por asilar a este par de locos y brindarles este momento de relax para emprender el retorno de las “Locuras” 27 en la tarde noche, viaje a casa de Marisa, ella nos llevara al aeropuerto temprano, ¡muy temprano!

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