Viajamos unas 5 horas antes de llegar a nuestro destino, la ciudad capital de los EEUU. Acá no tenemos presentación, hemos decidido desde hace tiempo que este será un momento de descanso para reponer fuerzas; el camino ya nos anunciaba frio, había nieve en varias partes del trayecto y las dos veces que bajamos el abrigo fue nuestro mejor amigo.
Allá en la ciudad estaba esperándonos Ana Lucia, prima de Luz, nuestro llamado era inminente a eso de las 7 de la tarde pero… OHHHH no teníamos teléfono y el sitio donde nos deja el bus es un estacionamiento amplio que no tiene tampoco ese servicio así que apelando a las relaciones publicas, Luz logra que el conductor del vehículo le preste el celular, llamamos a Ana, ya estaba dando vueltas por ahí cerca con Mateo (su chamito de 1 año); besos y abrazos, el chamo se despertó, no dejo de llorar todo el camino, pasamos por donde Marisa (la otra prima) para buscar el carro del tío (el está en Lima, ya viene), nos vamos al departamento…Yeeeee, Mateo ya no llora.
Cuando hablamos con Ana y le contamos que llegaríamos antes de lo previsto a Washington, nos dijo que cheverísimo, porque Jorge su esposo estaba de viaje y le encantaría tener compañía un tiempito, así que nos quedamos cinco días con ella y Mateo. Salimos solo a hacer unas compras un día caminando, el frio estaba tremendo también y estábamos pasando los vestigios del resfrío “niuyorquino”. Conversamos bastante con Ana y disfrutamos de sus voladas jajaja, esta chama sí que se manda unas perdidas astrales de las buenas, pero sabe donde acudir en caso de “chela emergencia” ;-). Ahí anduvimos, en un edificio rodeado de arboles y mas edificios, un complejo habitacional bastante agradable, las primas se pusieron al día en la conversa, Mateo cada día me quería mas, me trataba como a su Barnie, comimos sus buenas pizzas y seguimos la recuperación, el miércoles llegaron los tíos pero no iríamos a Frederick hasta el sábado… primer round de descanso ¡Buenisimoooo!!!!
Allá en la ciudad estaba esperándonos Ana Lucia, prima de Luz, nuestro llamado era inminente a eso de las 7 de la tarde pero… OHHHH no teníamos teléfono y el sitio donde nos deja el bus es un estacionamiento amplio que no tiene tampoco ese servicio así que apelando a las relaciones publicas, Luz logra que el conductor del vehículo le preste el celular, llamamos a Ana, ya estaba dando vueltas por ahí cerca con Mateo (su chamito de 1 año); besos y abrazos, el chamo se despertó, no dejo de llorar todo el camino, pasamos por donde Marisa (la otra prima) para buscar el carro del tío (el está en Lima, ya viene), nos vamos al departamento…Yeeeee, Mateo ya no llora.
Cuando hablamos con Ana y le contamos que llegaríamos antes de lo previsto a Washington, nos dijo que cheverísimo, porque Jorge su esposo estaba de viaje y le encantaría tener compañía un tiempito, así que nos quedamos cinco días con ella y Mateo. Salimos solo a hacer unas compras un día caminando, el frio estaba tremendo también y estábamos pasando los vestigios del resfrío “niuyorquino”. Conversamos bastante con Ana y disfrutamos de sus voladas jajaja, esta chama sí que se manda unas perdidas astrales de las buenas, pero sabe donde acudir en caso de “chela emergencia” ;-). Ahí anduvimos, en un edificio rodeado de arboles y mas edificios, un complejo habitacional bastante agradable, las primas se pusieron al día en la conversa, Mateo cada día me quería mas, me trataba como a su Barnie, comimos sus buenas pizzas y seguimos la recuperación, el miércoles llegaron los tíos pero no iríamos a Frederick hasta el sábado… primer round de descanso ¡Buenisimoooo!!!!
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