jueves, 17 de junio de 2010

El Café corazón.

Este es el nombre del espacio donde nos presentábamos esta vez, un lugar de canto de autor por tradición, no es muy grande pero todos los trovadores nacionales y foráneos pasan por el Café corazón. Su dueño es atento y el sonido esta bueno, pero nos encontramos con la sorpresa de que el evento no había sido publicitado, no había un cartelito, un afiche, un anuncio de que estaríamos por ahí (si había de otros artistas). No sé qué piensa la gente cuando organiza este tipo de eventos, que el publico llega solo?, que no importa si hay o no gente para el espectáculo, que ya se cumplió con haber dado la oportunidad al artista desconocido para presentarse? La verdad es que en estos momentos que escribo he recordado algunas decepciones que hemos sufrido (poquísimas, menos mal, la vida no es color de rosas pues) y que he descrito en este blog de manera sutil; ¿por qué no lo soy ahora? No sabría decirlo, será porque nos habíamos hecho bastantes expectativas con respecto a este espacio y no hubo concurrencia de público? será porque nos lo pintaron tan tan que nos creímos el cuento?…Bueno, la cosa es que nos presentamos ante los poquísimos presentes, eso no debe influir en lo que mostramos y siempre nos damos al máximo, cada una de las personas que está en el público merece nuestro respeto y toda nuestra devoción, entrega y profesionalismo y así lo hemos hecho siempre, ellos no son culpables de que la convocatoria no funcione. Ahí estaban Eduardo y Roció; el “Azul” tomaba fotos y se preocupaba de que la cámara filmara el evento, la noche transcurrió sin más y con los agradecimientos por parte del respetable luego de la hora y media que brindamos de canciones, todos opinaban igual –“Que lástima que no vino más gente”… vámonos a casa.

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