martes, 29 de junio de 2010

La peña de Bernal y la mina San Ramón.

Este "monolito" gigantesco es una de las visitas obligadas si uno anda por estos lares según cuenta la leyenda, acá se congregan muchos escaladores para lograr el reto de encumbrar la peña, también hay aficionados y gente como nosotros que se vienen en sandalias y suben hasta que el cuerpo aguanta, se tira unas fotos, trata de no desmayarse del calor, no deshidratarse y se dan ánimos diciendo que todavía guarda ciertas condiciones físicas que le han permitido llegar hasta ese punto donde llegó. Desde abajo, la piedra esta se ve imponente, mientras vas ascendiendo la vas odiando, pero el entusiasmo de tus compañeros no te permite emitir juicio alguno, solo sacar una sonrisa agotada y sedienta, porque además de los demases mi gente; hace un calor bárbaro pues, el sol no perdona la coronilla aunque lleves cachucha. Luego de encumbrar una centésima parte del peñón, siendo generoso en los números, nos dirigimos al pueblo a re fortalecer nuestras humanidades mediante liquido elemento, cualquiera, si es de cebada fermentada mucho mejor, hay quienes toman café, otros refresco y bueno de gustos y colores no se ha escrito, acompañamos nuestras ingenuas bebidas con un guacamole y totopos por su puesto, fuimos en búsqueda del automóvil y seguimos nuestro rumbo, recién estamos empezando estas peripecias que nos han preparado Fernando y Betty.

En otra oportunidad fuimos a visitar la Mina San Ramón, está dentro de un conglomerado de minas que explotan todo lo que ahí se encuentra y el elemento principal es el oro. Hay un mapa de los túneles, las profundidades, la extensión y muchos otros detalles, en el papel se ve que la cosa es inmensa. El paseo consta de bajar a uno de los túneles que está inhabilitado a la minería, tiene una profundidad considerable pero que no es wow, luego de cierta verborrea previa por parte del guía, te haces de un casco y patitas pa que te quiero, a bajar caballero que para eso vinimos, acá me di cuenta también que lo de la peña de Bernal era todo un preparativo físico y mental para nuestra estadía por estas latitudes. Cuando llegas a la profundidad programada y esta palabra está muy acorde a la situación pues calculan los entendidos que bajar mas ya está destinado a los profesionales y obreros explotados en estos menesteres, conoces ciertos detalles de la roca, se pueden ver un par de maquinarias (artilugi8o mas bien) propios de la minería, otra pequeñísima y breve verborrea y se acabó, pa riba mi gente que “todo lo que baja tiene que subir” por lo menos en este caso. Llegas arriba, te sacas el casco pasas al salón de al lado, que es abierto, miras un par de momias, un perro, un chico y un murciélago, te tomas fotos, le das una propina a quien tuvo la amabilidad de guiarte y zas… se acabó. Interesante pero corto, creí que íbamos a picar piedra abajo con los compadres que ahí trabajan, que íbamos a conversar con los locos y nos enteraríamos de ciertas vicisitudes subterráneas pero no, hay que cuidar la imagen de la empresa, aunque se nos dijo que eso era una maravilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario