Bueno, en esta casa nos instalaremos sus buenos días, unos 5 más o menos, para luego seguir camino en estas locuras; Ana, una de las hijas de Claudia, es casi nuestra anfitriona, su mamá saldrá de paseo un par de días y se disculpa por no poder atendernos: pero joder mi amiga si nos has brindado tu hogar sin más ni más solo porque un pana te lo ha pedido, que vamos a estar disculpando nada, vaya y sea feliz pues. La idea primera era rotar en dos casas en este mismo barrio, pero a la hora de los qué hubo se resolvió que acá estaríamos todo el rato, Claudia reclamo sus derechos pues nos hemos caído muy bien mutuamente, sus hijas también pidieron que nos quedáramos, que aquí no molestamos a nadie y podemos conversar en torno a la hamaca todas las tardes y noches. A pesar de la corta ausencia de la dueña de casa por lo de su viaje, y de la poca presencia del papá por motivos de horarios laborales, nos sentimos muy, pero que muy bien, Ana cocinó varias veces para nosotros, su madre estaba muy preocupada por nuestra seguridad e integridad física al dejarnos en sus manos pues piensa que no va a ser una buena anfitriona, pues déjenme decirles que ella y su hermana nos trataron cheverésimo, compartimos el arte de cocinar, cada comida en la cocina estaba llena de amigos y visitantes. El pana Asís es compañero de universidad de Ana, pasa varias veces por semana a visitar a la familia y aprovecha para compartir un plato de comida, acá no se escatima en nada, donde come uno comen dos y ya está, es simple; a nosotros solo nos queda agradecer, estar agradecidos, dar gracias miles a la vida por mostrarnos día a día que los seres humanos seguimos sintiendo, queriendo, ayudando, que no todos estamos sumidos en nuestra propia persona y el dinero, vuelvo y repito, mil gracias por eso y gracias a estos nuevos amigos a quienes les deseamos la mayor de las suertes.
lunes, 16 de agosto de 2010
Nos mudamos.
Bueno, en esta casa nos instalaremos sus buenos días, unos 5 más o menos, para luego seguir camino en estas locuras; Ana, una de las hijas de Claudia, es casi nuestra anfitriona, su mamá saldrá de paseo un par de días y se disculpa por no poder atendernos: pero joder mi amiga si nos has brindado tu hogar sin más ni más solo porque un pana te lo ha pedido, que vamos a estar disculpando nada, vaya y sea feliz pues. La idea primera era rotar en dos casas en este mismo barrio, pero a la hora de los qué hubo se resolvió que acá estaríamos todo el rato, Claudia reclamo sus derechos pues nos hemos caído muy bien mutuamente, sus hijas también pidieron que nos quedáramos, que aquí no molestamos a nadie y podemos conversar en torno a la hamaca todas las tardes y noches. A pesar de la corta ausencia de la dueña de casa por lo de su viaje, y de la poca presencia del papá por motivos de horarios laborales, nos sentimos muy, pero que muy bien, Ana cocinó varias veces para nosotros, su madre estaba muy preocupada por nuestra seguridad e integridad física al dejarnos en sus manos pues piensa que no va a ser una buena anfitriona, pues déjenme decirles que ella y su hermana nos trataron cheverésimo, compartimos el arte de cocinar, cada comida en la cocina estaba llena de amigos y visitantes. El pana Asís es compañero de universidad de Ana, pasa varias veces por semana a visitar a la familia y aprovecha para compartir un plato de comida, acá no se escatima en nada, donde come uno comen dos y ya está, es simple; a nosotros solo nos queda agradecer, estar agradecidos, dar gracias miles a la vida por mostrarnos día a día que los seres humanos seguimos sintiendo, queriendo, ayudando, que no todos estamos sumidos en nuestra propia persona y el dinero, vuelvo y repito, mil gracias por eso y gracias a estos nuevos amigos a quienes les deseamos la mayor de las suertes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario