viernes, 2 de julio de 2010

Df, descanso, el pueblo de Eduardo.





Qué puedo decir de DF esta vez si no es más de lo mismo con el pequeño detalle de que nuestra amiga Roció se encuentra consciente de nuestra partida inminente y ya sin un retorno cercano y cierto, eso la mortifica un poco y la pone triste pero mi querida Gota, usted sabe que está en nuestros corazones y que a través del ciberespacio podemos comunicarnos de muchas maneras, solo faltará piel pero eso también se lleva en el costado izquierdo del pecho, así que dejemos las tristezas que aun no llegan y hablemos un poco de la casa del azul y su pueblito, aquel en el que durante años vivió, aquel que para llegar después del trabajo era un suplicio y en sentido contrario lo mismo. Cuautitlán está ubicado a unos 45 minutos de la capital si no te agarra uno de esos tráficos mexicanos y digo esto porque nos fugamos para allá un sábado o feriado no recuerdo y el taco que tuvimos que superar psicológicamente (ayyy) fue de terror. Llegamos a la plaza del pueblo y nos bajamos a dar una vuelta de reconocimiento, la nieta de Roció nos acompañaba, anduvimos por el mercado, vimos manifestaciones terrenales ancestrales de los descendientes de indígenas mexicanos, tomamos fotos, comimos alguito por ahí, caminamos y caminamos hasta que Roció nos aguó la fiesta y tuvimos que tomar rumbo a la casa de Eduardo (el azul) me parece que a nuestra amiga le están pegando los años ;-P … también era hora de retirarse pues; en la casa nos estaba esperando la hija de mi compadre, solo recuerdo que jugamos algún juego de mesa, (valga la rebusnancia) que este pechito les dio una pela a todos e inflamos el colchón para despeñarnos en manos de Morfeo. El pueblo de Eduardo (no es que lo haya comprado) está muy lindo y acogedor, su casa queda hacia la periferia, es pequeñito, pintoresco, llamativo, una vía de escape para los citadinos en fines de semana, ahí les dejamos fotitos y le decimos adiós a esta pareja de dos, a esta entrañable y querida amiga, seguidora de estas locuras y ojalá futura participe en carne propia de sus locuras particulares y a su duende, el loco de los abrazos… Muchas gracias por el cariño gente, siempre estarán con nosotros y esperamos verlos donde nos establezcamos, es un compromiso, mi querida Roció, te queremos muchísimo.

2 comentarios:

  1. A ver, a ver...primero las aclaraciones, el mundo merece tener información fidedigna!!
    El pueblo de Eduardo (el azul), se llama Cuautitlán Izcalli, es ahí donde está su casa. El otro pueblo al que fuimos, donde caminamos y caminamos hasta que mi ancianidad aguó la fiesta (claro, después de haber trabajado todo el día, y sabiendo que al día siguiente, tempranito, debía estar en la chamba otra vez), bueno, el pueblo este se llama Tepozotlán!! pero Eu, si hasta tomaste fotos del nombre para no olvidarlo!! Y digo, no hay que confundir a la audiencia pues.
    Ahora, lo otro...aún los sigo extrañando, aún pienso que en cualquier momento se darán otra escapada al DeFectuoso y los volveré a tener en casa, para ahora sí ir a dar abrazos juntos; cada vez que voy a un lugar interesante, que no sea museo ni iglesia, ni nada de eso, pienso: "esto le gustaría a Eu", ahora que un amigo me ha dicho que puedo rentar su casa con piscina en Cuernavaca, imagino que nos vamos los cuatro a nadar y tomar el sol (ustedes además de sol, algunas chelas frias)y hacer carne asada y que tocarán y cantarán para el azul y esta Gota de manera particular, y que nos sentaremos a hablar de música, de libros, de lo indispensable o descartable que puede ser un teléfono celular, de nuestra América y la vida. Es más, pueden decir que estoy loca, pero el otro día me encontré en una tienda de ropa, varios pantalones y pantaloncillos que por un micro segundo estuve a punto de comprar para Luz. Sí!! los extraño un chingo...y???
    Pero es cierto, ya nos encontraremos allá, aquí o en el medio.
    Gracias por sus locuras, por inspirarme y sembrar la semillita que despacio, despacio, va creciendo hasta que florezca en forma de locura motorizada personal.
    Los quiero desde el fondo del alma.

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