Un paseíto, compartiendo con Richie y el Chino.

Como no habíamos salido en lo más mínimo, al recibir el llamado del pana Richie comunicándonos que estábamos invitados al cumpleaños número 1 de su sobrina en un parque nacional con vista al lago Amatitlán, ni cortos ni perezosos tomamos nuestros corotos y siempre en compañía del infalible Chino hicimos acto de presencia para cantar el apio verde, soplar velas, tomar alguito, respirar aire fresco, disfrutar de la vista y la compañía, ponernos sombreritos festivos, palear la piñata, caminar kilómetros para ir al baño, tomar fotos, degustar pizza y conocer a un personaje níñico del cual ninguna información había en nuestro disco duro y cuyo nombre ya no recuerdo. Una tarde de esparcimiento y amistad, conocimos a la familia de Richie en pleno, unos cantaban, otros no, unos bailaban, otros no, la mamá de Richie organizando un montón de actividades y como siempre para allá y para acá; la pasamos chévere y bueno todo tiene su final, se acabó la pizza, la gaseosa, la torta, se rompieron los elásticos de los sombreros, la piñata estaba irreconocible, youtube y las canciones para infantes ya se agotaban, así que siguiendo todas estas señales cada quien agarró camino a donde lo esperaban (o no?) y colorín colorado, este cumpleaños se ha acabado.