lunes, 18 de enero de 2010

Nos vamos gente de nuevo al otro lado. San Diego y cruce a Mexicali.

Rafael nos dejó en el aeropuerto para que tomáramos rumbo a San Diego, a veinte minutos de la frontera con México, ahí pasaría a buscarnos alguien de la Universidad de Baja California (UBC) con quienes ya habíamos coordinado, para llevarnos hasta Mexicali, ciudad donde brindaríamos un nuevo concierto.

El avión tomó rumbo a la hora establecida y llegamos a tiempo, incluso un poco más temprano (teníamos viento a favor) y bueno salimos a recoger las maletas y a esperar a algún compadre con cartelito que dijera nuestros nombres. ¡No pasa nada!, será que pasó algo por el camino pues, esperemos un poco o llamemos a la chica para ver que ondas. Imposible llamar a la susodicha, marcábamos desde el teléfono público y la llamada no estaba bien hecha parece, consultamos con la operadora y la tipa no sabía cómo marcar de EEUU a México,si no tenias una tarjeta de credito! preguntamos a unos tombos y nos dijeron que la operadora era lo MAXIMO, casi como san Google, que resolvería nuestro problema, le explicamos que no era tan ¡LO MAXIMO!, no nos creyeron, empezaron a sospechar, nos alejamos, nos rondaban, seguimos intentando, salimos a ver si algún rostro nos revelaba a un Jesús, mexicano, conductor de algún vehículo que estaba buscando a una peruana y a un venezolano que no conocía o si por alguna casualidad estaba afuera con su cartelito… nadaaaaa. OHHHH! Y ahora ¿Quién podrá defendernos?


Entramos, voy hacia las puertas, veo a un charro parado con cara de Jesús y sin cartel, le pregunto su nombre
– Juan,
- estás seguro loco, no eres Jesús?
– no socio, soy Juan y estoy esperando a mi esposa
– Ok compa, suerte con la espera. Vueltas van vueltas vienen, sudamos, Luz preocupadísima, este pechito no, como siempre he dicho “Mi mamá pario un hombre carachos”.

Pasaron dos horas en conflicto interno y en ascuas hasta que entró un compadre que si tenía cara de Jesús, a Luz se le pasó pero gracias al perfeccionamiento de la técnica para reconocer personajes en las historias, le dije rápido señalando al susodicho “ese es Jesús mamita”, Luz lo intercepta, veo emoción en sus ojos, “ES JESUSSSS” Eu “ES JESUSSSS”, ufffff, ¡por fin!


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Carambas chicos es que tengo como hora y media dando vueltas por el estacionamiento buscándolos, la señorita Lucy me dijo que Luz era de baja estatura y una señora mayor (ayyyyy) y yo anduve fijándome en ese estereotipo todo este rato, hasta que decidí entrar por si a las moscas pues.
– Bueno compadre no le pare ya pasó, ya nos encontramos, ya vámonos pues.

Nos despedimos de los policías, de los viejitos de la mesa de información, de la operadora no mano, esa wey no supo ayudarnos a resolver el problema, pasamos al estacionamiento, esperamos ahí mientras Jesús buscaba el carro muy atentos a que no se nos fuera a pasar otra hora en el proceso pues, lo visualizamos, hicimos señas como locos, paró, nos subimos y ándale!!! a Mexicali se ha dicho mano.


Nos dice Jesús que su GPS está trabajando y no atiende el teléfono, que estemos pendiente de no me acuerdo que salida que nos lleva a la autopista que va directo a Mexicali pero por el lado gringo, coñooo, parece que nos pasamos suena el teléfono, el GPS, ¿ya doblaron en la autopista? Queda a 5 minutos de la salida del aeropuerto

– No manches wey ya tenemos 15 minutos rodando y no la vimos.
– pero si ahí está, yo la deje ahí la última vez que fui a los usados.
– bueno vamos a ver si nos encuentra ella a nosotros.

Que va mi gente, llegamos al paso por Tijuana sin darnos cuenta, la onda era ir por EEUU, porque es más expedito el viaje (2 horas y media) y no hay peajes, acá en México los peajes son carísimos (creo que ya lo había comentado).
Así que caballero pues, por dentro, nos tardamos casi 5 horas en llegar desde que fuimos recogidos en el aeropuerto de San Diego, tuvimos que parar en un pueblo llamado la rumorosa a comer algo, hacia un frio espeluznante, es la parte de la sierra del nor-oeste mexicano, como compañero de viaje tuvimos al “muro” cubriendo cada centímetro de terreno, planicies, colinas, curvas, terreno escarpado, precipicios, etc, en el pueblo en cuestión ingerimos unas perdices, recomendación de Jesús claro está y yo me decía: caray si uno se come medio pollo cuando tiene alguito de hambre … una perdiz es más o menos esa cantidad no?, pues no mano, es más, por lo menos esas perdices serranas parecen pavos, o, era la altura que nos afectaba? Pedimos una cada uno, luego de tratar de castigarnos con todo, fue imposible acabar con ellas así que una nos acompaño hasta Mexicali; ¿dije Mexicali? Coñooooooo llegamos por fin…… yeeeeeeeeeeeeeeeeee. Vamos a instalarnos en el hotel pues… por fin.

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