domingo, 19 de diciembre de 2010

Adiós, ahora nos vamos al continente europeo.

Hemos pasado unos días de lujo, rodeados de cariño, abrazos, sorpresas y fiestas de gran calibre. Las islas nos han dejado perplejos, por lo menos a este pechito, este sería otro espacio para quedarse a vivir los últimos días, no es Latinoamérica pero sin que me quede nada por dentro, es muy pero que muy parecido caray. Hermosa la estadía, la gente muy bacán, hermosas las islas. Nos faltaron 4 de ellas… será motivo para otra incursión ¿no? Vamos a tierra firme gente… siguen las locuras.

El vuelo a Estocolmo hacia escala en España, antes de aterrizar el sobrecargo se cano frente a nosotros, ahí estaba el asiento destinado para él, se puso el cinturón y comenzamos a conversar los tres minutos que estuvo ahí sentado, del viaje, de la música, de las islas, todo muy conciso, el pana muy simpático.
Todos los pasajeros bajamos y esperamos unos diez minutos para volver a abordar el mismo avión, esta vez teníamos otros asientos, el compa se nos acercó, seguimos conversando unos minutos y nos preguntó si queríamos comer algo, que no nos preocupábamos que él no los facilitaba y la empresa se hacía cargo ;-). Un ratito después apareció con tres sanduches (me vio mas hambriento a mi parece) y par de refrescos, nos comunicó que si queríamos algo mas no dudáramos en pedírselo. Se apareció en otro instante y tomó asiento unos segundos, nos comunicó que el también estaba por hacer un viaje de unos meses a Centroamérica, que quería conocer Guatemala y estaba juntando unos morlacos para cumplir su objetivo, nos hizo preguntas acerca de ese país, le contamos un poco de nuestra experiencia por allá, sonrió complacido.
Al llegar a destino nos dimos un fuerte abrazo y nos deseamos suerte, éxitos, buena onda… creo que se llamaba Alejandro.

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