miércoles, 14 de abril de 2010

Columba y Familia.

Llegamos a los Ángeles, ya saben que a Columba la conocimos de ida y pasamos en su casa una noche, esta vez nuestra estadía seria más prolongada, esta vez estaría en casa Maikel, el esposo de Columba y haríamos en su casa una pequeña velada para los amigos, pero eso ya lo narraremos a su debido momento, por lo pronto debo contarles que nuestra amiga llego al aeropuerto a buscarnos junto a su hija, nos abrazamos, subimos a la camioneta blanca y partimos a nuestros nuevos aposentos. En Los Ángeles estaba haciendo muchísimo frio caballero, nuestro cuarto estaba muy a gusto, bastantes cobertores para no congelarnos, el drama era ir al baño en la noche ayyyyyyy, que frio!!!! Jajaja. Esta vez como ya mencione, pudimos compartir con Maikel, poco, porque el tipo sale muy temprano a trabajar y vuelve a las dos de la mañana, tiene dos chambas, pero en sus días libres y durante la velada estuvimos juntos, un loco muy chévere y agradable. Nos hicimos mas amigos de los perros que tienen Columba en casa, ella salía a su trabajo y luego estaba dispuesta al mil por ciento, nosotros descansamos bastante y nos cuidamos a lo Miriam Quiñones sin salir mucho debido a las gripes e impases que debido a la temperatura extrema habíamos estado sufriendo últimamente. En casa organizamos un intercambio de conocimientos culinarios “in situ” así que nuestra querida Luz María Carriquiry llevó a cabo sus famosísimo lomo saltado y sus grandiosas papas a la huancaína, Columba se deleitó con aquellos platillos, también estuvo esa noche el hijo de una amiga de la señora Luz, un peruano que vive por estas latitudes y que tuvo la dicha de que justo ese día que escogió para conocernos, Luz se botó pues. También este pechito aportó lo suyo con un pabellón criollo (venezolano) que quedo de carambas mamas!!! ayyyyy, Columba ya no cabía en sí de la emoción jajaja. Acudimos a una reunión (cumpleaños) de unos compatriotas oaxaqueños, mucha gente joven, comida típica de Oaxaca, unos tamales de mole que ya no ya!! mi gente, pero lo que más nos sorprendió fue que todos aquellos muchachos, bailaron hasta el cansancio las músicas de su tierra, chilenas (género musical del sur de México), sones (oaxaqueños y jarochos) danzón y algunos más, cada paso estaba aprendido, cada danza se sentía, se hacia vistosa, linda, propia, que chévere estuvo eso y la música a un volumen bien moderado. No fue así toda la noche pues caray son chicos, pero la onda duró mucho, mucho, mucho. En esa fiesta conocimos a Mimi y a David, personaje este que pasaría a formar complicidad dentro de esta estadía en Los Ángeles. Pero bueno no dejemos a Columba y familia, que nos atendieron a las mil maravillas, nos quisieron y fueron parte de nuestras vidas de manera especial (siguen siéndolo) y a quienes agradecemos muchísimo por la buena onda, por la velada, las veladas culinarias, las conversas y por el simple hecho de compartir y formar parte de estas locuras. Columba una mujer muy trabajadora que tiene su genio pero siempre sonríe, se queja la nada misma de su estancia en los EEUU, en realidad está muy contenta con su permanencia por acá, mantiene arraigadas sus costumbres, baila sones de su tierra, cocina, brinda amistad y cariño a quien esté dispuesto de compartir, tiene sus tarimas y bueno, ha sido una suerte y un placer conocerla… ¡BESOSSS!

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