miércoles, 14 de abril de 2010

Conciertos.

El concierto estipulado fue en “La peña” de nuevo, les comente de ida que la gente quería reivindicarse y bueno nosotros aceptamos el reto, ahora si fue más gente, bastante más, la noche se dio cálida y tranquila, nuestro pana Matt se encontraba filmando, Horacio se haría cargo de los CDs y nosotros… arriba, ¡linda noche en La peña, esta vez podemos decir que salimos contentos aunque se me olvido ponerme mis zapatos de presentación y hubo cierta onda antes de comenzar que nos produjo algún impase mental en el escenario jajajaja, pero gozamos, eso creo.

El otro concierto lo organizo Jorge junto a un compañero de trabajo en una escuela primaria para chicos entre 12 y 14 años, esto fue en la ciudad de Concord, a media hora de camino, el espectáculo estaba pautado para la hora del almuerzo y hasta la salida de los chicos a sus casas. Aquí los horarios de los autobuses escolares son muy rígidos, así que todo debía ser entre campana y campana. Llegamos y el pana de Jorge estaba ya en campaña, el profesor de música ocupándose del sonido y nosotros comenzamos a colocar nuestras cosas. Jorge llevó elementos de escenografía y aprovechamos de armar nuestra sala en el entarimado, los chicos comenzaron a llegar y a acomodarse en el recinto, había 300 sillas, se llenaron todas, sonó la campana, se apagaron las luces y comenzó el concierto. Cada canción fue aplaudida de una manera que hasta puede llamarse inexplicable, estos chicos son todos descendientes de latinos y están en una escuela para muchachos de bajos recursos, todos pusieron gran atención a las letras, muchos al terminar el show a pesar de que el autobús estaba afuera, se acercaron para agradecernos la oportunidad de escuchar estas canciones y tomarse fotos con nosotros, el profesor de música estaba muy emocionado y agradecido también, él era el gringo del cuento además de Matt, que también estaba filmando este concierto. Gran satisfacción, pero de otro tipo si es que la satisfacción puede separarse en diferentes clases. El amigo de Jorge (de cuyo nombre no puedo acordarme) estaba despidiéndose de la escuela y sus alumnos para emprender con un proyecto comunitario que lo tenía muy emocionado., nosotros por nuestra parte, una vez terminado toso y haber disfrutado de la corta sobre mesa (por las campanas del colegio y sus actividades) retomamos camino, comimos algodón y a seguir en estas locuras pues, que la vida y la carretera se presentan hermosas.

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