miércoles, 14 de abril de 2010

Conociendo…

Los alrededores

Varias veces salimos a dar vueltas, la ciudad ofrece muchas cosas que ver, como toda ciudad, inclusive en la que vi vimos pero a la que no hacemos el mayor caso, fuimos a conocer y cruzar el famoso Golden gate que hemos visto destruir en tantas películas, debajo del puente pueden verse surfistas, con esa agua fría que cala los huesos ayyyy. También pasamos (en automóvil) por el barrio, chino, el italiano, el indo, el mexicano, y dale que no viene carro. Subimos a las colinas aledañas al famoso puente ese, a visitar un antiguo fortín, fuimos a un par de playas y balneario, cruzamos un parque de cuyo nombre no puedo acordarme y que es bastante grande, subimos y bajamos las colinas de San francisco como en las películas peo a menos velocidad y bueno tantas otras cosas, desde que Matt nos comunicara sus ganas de mostrarnos su ciudad, su mundo, ya nos esperábamos viajes como estos, educativos, atractivos y especiales.

Muir Woods.

Este es un parque en donde se puede disfrutar de los pinos rojos californianos, estacionamos a Jesie y nos internamos en el bosque, un camino de madera va guiando los pasos de los visitantes, es una cosa como que ancestral también, cada árbol tiene su historia, todos ellos datan de años atrás, son altísimos, rectos, se alzan señalando al cielo en larguísimos troncos. El parque solo ofrece ese espectáculo, pero puedes caminar un par de horas viendo los pinos sin cansarte, o embotarte con el paisaje. Es una lástima que las secuoyas gigantes nos quedaban tan lejos, hubiera sido tremendo ver ese espectáculo, pero acá en Muir Woods también se siente…

Año nuevo

Este es el nombre de una reserva que da la bienvenida y preserva a los elefantes marinos en sus migraciones durante el tiempo departo y reproducción, el pana Matt nos tenia esta sorpresa desde hace rato, nos dio un par de opciones para desarrollar y nosotros ni cortos ni perezosos escogimos y a ver a estos impactantes mamíferos, ni siquiera las fotos que compartiremos con ustedes en este espacio, serán suficiente apoyo descriptivo de lo que sentimos en ese momento y lo que gozamos de encontrarnos entre aquellas bestias dormidas con un peso de dos toneladas. Desde un mirador dispuesto para los visitantes pueden verse miles de elefantes marinos que se dan cita esta época del año para traer al mundo más elefantitos y aprovechar de aparearse para mantener la especie. Esta dispuesto por la institución que realiza el mantenimiento de la reserva que los visitantes pueden caminar cerca de estos imponentes animales a una distancia prudente no menor a 5 mts, ¡Coñoooooo!! No se imaginan lo que es estar a 3 metros de esos bichos jajaja, la verdad que esta experiencia ha sido muy linda.

Valles de Napa y Sonoma.

En estas extensiones de tierra, el pueblo de California siembra y cosecha uvas para procesarlas, embotellarlas y venderlas a quien desee comprar. Existen miles de viñedos productores de vino acá en esta zonas, los postes de la carretera están llenos de letreros que invitan hacia una u otra viña, uno decide, se dirige hacia su decisión, estaciona el carro, mira la estancia, los cultivos, las haciendas, etc y hace acto de presencia en la sala de testeo, ahí serás invitado a probar los jugos de uva fermentado que produce esa familia, en diferentes sepas, calidades y colores; tiene un costo eso es obvio estamos en la tierra de los dineros, a menos que compres una botella, 4 paladares dándose gusto con 7 diferente vinos, salieron de tres estancias con sus botella respectivas y muy alegres jajaja. La vista que ofrecen los valles es linda, no nueva para nosotros que vivimos en Chile mucho tiempo, pero la geografía diferente, los hace llamativos, debe ser una locura de colores observarlos en el otoño. En esta época en la que los hemos visitado, las parras estaban casi todas desnudas, pero bajo ellas ya asomaban las mostazas y los campos nos brindaban un color amarillo embelesador. Luego de probar tantos vinachos, fuimos a comer a un sitio donde los chicos suelen ir cada vez que se emborrachan por aquí, muy sabroso, hubo que pedir agüita para bajar revoluciones ;-).

Un paseo por el muelle de pescadores.

Parece ser que si vienes a San Francisco y no visitas el muelle de los pescadores, es como si no vinieras, así que nos subimos al segundo medio de transporte más antiguo de la ciudad y nos entrompamos hacia el famoso muelle, ofertas de todo tipo y especie mi gente, oloroso en sus puestos de mariscos y pescados, llamativo por el tamaño y colorido de los cangrejos que ahí se venden y dando vueltas, escuchamos a lo lejos ruidos conocidos, voces más bien, averiguamos de donde provenían y nos encontramos la sorpresa que acá los leones marinos tienen su espacio acá, hay dispuestas unas plataformas de madera en la marina, donde estos simpáticos animalejos descansan durante parte de su travesía migratoria, están ahí, jugando, peleando, asoleándose, otro espectáculo que atrajo toda nuestra atención, ahí nos quedamos un rato disfrutando de la naturaleza, pero había otro importante punto que visitar, dato de mi suegra a su hijita y claro como Luz María es dulcera hasta la médula fuimos a visitar las instalaciones de los helados Girardelli, no duden gente, ya saben que Luz comió su helado, estaba muy bueno pero para ella le faltó mas fudge, jajaja… una tarde linda !

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