
Al igual que la vez anterior hubo sus muy largas y chéveres conversas muchas tardes y noches, almuerzos comunitarios en la mesa del patio, cariño, muchísimo cariño y su reúna pues, esta vez con arepas que este pechito elaboró con sus propias manos suyas de él, acompañadas de una variedad no muy escasa de rellenos. El pana Rómulo asistió al llamado, y escribo específicamente de él porque en esta ocasión también fue el culpable de la fecha que tendremos acá en Ciudad de Panamá y porque hemos hecho una bonita amistad, nos hemos caído muy bien, un compa muy chévere atento y cordial y también muy sentido en lo que expresa en sus canciones, amante de su tierra.
Lizi no pudo ir al terminal de buses y mas que “no pudo ir” fue que no quiso y es que llegamos a las 5 de la mañana jajajaja, eso es un crimen pues, pero nos pidió que la llamáramos apenas estuviéramos en el terminal para ella estar pendiente y despierta a nuestro arribo a casa, así lo hicimos, sonó solo una vez el teléfono, estaba durmiendo con los dos ojos cerrados pero los oídos bien atentos a nuestra llamada, tomamos un taxi y: “por favor vamos a la espalda de la casa de mano de piedra”
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