La idea inició por hacer este viaje a través de nuestra América latina, a lo largo del mismo se dieron otras oportunidades y se convirtió en algo más allá. Esta bitácora está destinada a compartir con ustedes, las locuras vividas a través de una larga e interesante travesía en la que hemos tenido la oportunidad de visitar un sinnúmero de pueblos y ciudades de diversos países, ojalá la disfruten... y dejen sus comentarios que vamos a estar muy gustosos de leerlos.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Mas paseos
Esta vez nos fuimos hacia otro punto de la isla, ya estamos en los últimos días de estadía, Lucas y Elena han pensado pasarnos hacia unos bosques neblinosos en un punto llamado Las mercedes, de igual manera, cada cierto tiempo en el recorrido el cambio de vegetación o hábitat nos sorprendía, a mi me maravillaba la cantidad de cactus que hay, cuando llegamos a nuestro destino tuvimos que hacer uso de nuestros abrigos porque hacia un fresco tirando a frio que no habíamos experimentado en toda la isla, el parque tiene un mirador con una linda vista pero hay que tener paciencia porque se te atraviesa una nube y ya perdiste la foto, el momento y la visibilidad, los arboles no son muy altos, y el parque no es extenso, pero como he dicho, lo admirable es que este ahí, como también ha sido admirable, el Teide, los pinos canarios, las bananeras, los gigantes, las aguas y tantas otras cosas, si comimos o no en el camino no lo recuerdo, solo se que bajamos por un estrecho tramo sinuoso hasta llegar al mar, pasamos por una buena cantidad de poblaciones y comentaré ahora, aunque no tiene que ver con el paseo pero para que no se me traspapele, que existen pequeñas cuevas acá en Tenerife, que la gente usa como bodega o alacena, se compran o alquilan y se les coloca puertas con llave o candado, también hay casa que tienen una cueva como parte de su infraestructura, puede ser un cuarto, la sala o cualquier parte de la casa, es una particularidad que nos llamó bastante la atención. Y bueno, el paseo terminó, lo más seguro es que luego hayamos ido al Escobonal, la semana cultural se acabó pero su gente sigue aprovechando el verano y la presencia de los carritos de comida en la plaza para juntarse a conversar, nosotros también.
Fuimos en búsqueda de una calle en Santa cruz donde había una empresa que duplica discos, ya los que teníamos se acabaron y se viene la cosa grande, así que hay que tomar medidas. Colocamos la dirección en el GPS y seguimos las instrucciones del aparatico. Lucas nos dijo que en la capital es dificilísimo estacionar, nunca encontraríamos puesto y los estacionamientos son caros, así que íbamos preparados a todo, pero para nuestra sorpresa, el aparatico no llevó más allá, a unos tres kilómetros de Santa Cruz, ¡Qué bueno!. Conseguimos estacionamiento en la calle, caminamos unas tres cuadras hasta que dimos con la calle que buscábamos pero: no señorita acá no hay nada de eso, no se habrá equivocado? Coño nos perdimos, o mejor dicho, se perdió el GPS, no puede ser. La cuestión es que ahí no era, había que reubicar todo, nos fuimos a Santa Cruz a preguntar y aprovechar de conocer la ciudad pero como se vaticinó, fue imposible estacionar el carro así que después de la vuelta chorrocientos decidimos regresar a casa, mira que el calor también estaba a la orden del día, le contamos a los chicos, se rieron y se sorprendieron también porque el GPS es infalible, después nos enteramos que a la famosa calle le cambiaron el nombre en pos de la eternización de no sé quién y el pobre GPS no estaba enterado. Pero mayor fue nuestra sorpresa cuando los chicos nos condujeron hacia nuestra última comida juntos fuera de casa, en un restaurancito muy familiar y muy concurrido donde “se come delicioso” jajaja, al llegar les dijimos, este es el pueblito donde nos trajo el GPS y esta es la famosa calle jajaja, comimos a dos cuadras de nuestra perdida. La verdad es que estaba buenazo caray, concurridísimo el sitio, heladas las chelas y la comida wow…. La pasamos muy pero que muy bien en esta despedida, gracias muchachos.
Por último una pequeña anécdota, pero no se lo cuenten a nadie. Nos fuimos a la laguna de paseo y por negocios, Luz y yo prestos con nuestros trajes de baño y todas las ganas de tirarnos un piquero pues, hay que aprovechar cualquier ocasión. Llegamos a la laguna y ¡Santos cielos Leoncio!... Y el agüita? Estos malvados no nos dijeron que la laguna es un pueblo jajaja, antes existió una pequeña laguna pero con estos calores, el ecocidio, la expansión del ser humano y otras circunstancias, la vaina se seco y por eso el pueblo que acá se levantó lleva su nombre, o sea no el nombre de la laguna sino su denominación, LA LAGUNA… jajaja, sé que no lo hicieron de mala fe, jamás imaginaron que nosotros estábamos yendo a una Laguna a bañarnos como patos.
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