jueves, 25 de noviembre de 2010

El concierto.


La noche de apertura era nuestra y de unos juglares que presentaron unos sonetos canarios antiguos adaptados a los tiempos de ahora pero con vestimentas de aquella época, muy buenos de verdad, eran tres personas, dos chicos y una chica. Nosotros les seguimos. La sala es para trescientas personas, no estaba a toda su capacidad pero sí bastante llena, tuvimos una pequeña dificultad con el sonido aunque la prueba estuvo muy buena – cosas de duendes, esas que son incomprensibles cuando suceden – pero solucionamos todo en el camino, la gente respondió súper bien, quedaron contentos, los de la municipalidad también Lucas saltaba en una pata, la escenografía quedó lindísima, y nosotros muy pero que muy contentos caray. Aquello del sonido se nos comentó afuera, al terminar la presentación, encontrándonos ya en la sobremesa: es que el sonidista (de cuyo nombre no puedo acordarme) siempre tiene problemas, es parte del espectáculo, es de los personajes típicos del pueblo jajaja, ya estamos acostumbrados.




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