jueves, 4 de noviembre de 2010

El canario fue a por nosotros, la casa de la Tía Carmen…

Por fin llegamos a Las palmas después de casi 17 horas de vuelo, desde Barajas llamamos a Javier para avisarle de los retrasos, el loco nos agradece el gesto, también nos dice que por nuestra culpa el día de hoy no podrá tomar nada para poder manejar sin problemas ya que en las islas las multas y castigos son de terror, sus palabras fueron “eso no se hace, el jueves es sagrado porque casi llega el viernes”.

Salimos luego de recoger las maletas y el loco no estaba, sabíamos que se había ido a un bar con unos panas, que no tomaría, (gran esfuerzo) qué habrá pasado? cinco minutos dando vueltas para reencontrarnos por fin con este personaje que conocimos en Bs As, estaba esperándonos en otro lado pero se percató que nos tardábamos y retomó el rumbo. Abrazos van y vienen, auto foto y vamos a donde la tía Carmen. Nos da escusas por no poder atendernos en su depa pero nos cuenta que es pequeño del verbo pequeño, que ni a balazos entramos los tres, también nos dice que la tía vive retirada – aprovecha y la llama pidiéndole que nos haga una tortilla, “estos carajos están cagados de hambre Carmen porque no te haces una tortilla” – Nos pone al tanto de que el transporte público a esa zona solo se consigue hasta la una de la mañana – esa advertencia me hace pensar en lo que nos depara el destino - que Carmen es de la puta madre, que con ella no hay problema, que es su tía preferida. No nos tardamos mucho en llegar, la tía ya estaba dispuesta y nos tenia armada la habitación en el piso de abajo, la tortilla a medio camino, un pucho en la boca y mucha cháchara carambas, como habla Carmen, súper simpática y atenta, ya nos tenia chelas heladas, la mesa armada, un pate para picar, queso, maní, chorizo español y el tortillón.

El canario nos presenta unas amigas incondicionales que serán parte de nuestro staff durante nuestra estadía, la “Tropical”, orgullo de Gran Canaria. La tertulia para mi duró hasta las 3 de la mañana, no llegamos directo a dormir pues pensamos que si tratábamos de durar lo más posible el cambio de horario no nos afectaría tanto: así fue, la verdad es que nos costó solo un día para amoldarnos. Luz si se acostó a eso de la 4:30, ya saben que mi señora tienen una capacidad de aguante diga de admiración.

De Javier no hablaré mucho, pues ya irán conociéndolo a medida que voy relatando esta travesía Canaria, entrada por entrada, de la tía Carmen hable ya lo justo y necesario, se que se la imaginan tal cual sin necesidad de que les cuente mas solo me falta decirles un par de cositas, tiene cerca de 65 años y vive de cocinar, así que vislumbramos que la pasaremos mal ;-)

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