jueves, 25 de noviembre de 2010

Salidas con Javier

Nos fuimos a playa el inglés (creo que así se llama) en el carro de Javier y con Javier, el paseo es como de 45 minutos hacia el sur más o menos. Había un montón de gente cuando llegamos, nuestra salida fue a eso de la una y media, nos compramos una chela bien heladita para amainar el solazo y bajamos a la playa, bonita en realidad, tremenda playa caballero, gran extensión de arena, las aguas algo arremolinadas por esta parte, con oleaje, el mar azul, sombrillas, gente, nos quedamos un rato por estos lares y tomamos un baño refrescante – al igual que en el Perú, acá no hay sombra natural, hay que alquilarla, la vista está espectacular. Luego del baño anduvimos vagando por las arenas hasta que se nos preguntó si queríamos caminar hasta la punta, allá al fondo está Mas palomas, el espacio donde podremos ver dunas, las famosísimas dunas de Gran Canaria, allá nos enrumbamos pues, camina que camina y que camina, hasta que llegamos. Nos recibió un cartel muy particular: Playa nudista… no había casi nada de gente joven, hasta su viejito en bastón nos encontramos para nosotros es una nueva experiencia (no nos desnudamos eh), puro vejetes jajaja, pero bueno, por ahí pasamos hasta doblar la esquina, llegamos a Mas Palomas y nos hicimos de una gran duna solo para nosotros, la vista es tremenda, el sol estaba bastante fuerte, el mar es mas movido por acá porque convergen dos corrientes en esta esquina, subimos a la cima de nuestra duna, Javier se hizo rodar hasta abajo como cuando era chamo, yo armé las iniciales de Sin Líneas y tome fotos, conversamos, nos comimos unos bocadillos que habíamos preparado, también me quise ir primero que nadie, eso provocó reacciones adversas en mis compañeros de andanzas, la cosa se puso fea - ¿Por qué te quieres ir? - Coño ya me aburrí, mucho sol, nada de sombra y no nos podemos meter al mar acá porque es el punto más peligroso de la isla – pero no seas aguafiestas, caminamos un montón para llegar acá – si pero ya tenemos hora y media pues y dijimos que a las cuatro y media estriamos de vuelta. Resulta que a la final fui el malo de la película como siempre, aunque habíamos dicho que estaríamos a cierta hora en Las Palmas porque teníamos cosas que hacer, no regresamos antes de lo pautado. Pasó el mal rato, tomamos fotos la pasamos bien a pesar del regreso prematuro, luego de un par de chelas todo quedó olvidado. Seguimos siendo panas.

Javier tiene su departamento en la zona de las canteras, ahí está el famoso Malecón de las canteras y para allá fuimos también, a conocer su depa (pequeñísimo) y a pasear por el susodicho mostro de cemento. Nos fuimos caminando hasta un puestito, en realidad un restaurancito que si mal no recuerdo se llama nono, o momo, ya preguntaré para enmendar el olvido, ahí nos presentaron las famosas papas arrugadas canarias con mojo de ajo, ¡que ricas que estaban! También son baratas, nos tomamos unas chelas y acompañamos las papas con un bocadillo de calamar, típico de por acá. Seguimos nuestro paseo a lo largo del malecón sin bajar a la arena, vimos a unos locos tocando jazz, disfrutamos de la infraestructura y luego nos fuimos a donde Javier a terminar de pasar la tarde. En otra oportunidad volvimos al malecón pero nos fuimos a la otra punta, ahí el agua estaba súper calmada, trasparente, en la playa habían unas esculturas de arena muy chéveres, increíbles, que trabajo debe ser ponerse a armar una cosa de esas, mis respetos de verdad.

Y bueno esos fueron algunos de los paseos que dimos en tardes canarias durante nuestra estadía por acá.

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