lunes, 29 de noviembre de 2010

Tropa, Pablo y Ana.

Meses, varios meses antes de tomar la decisión de cruzar el charco, estuvimos en contacto con Pablo Díaz, tropero canario. Que si se puede, que está complicado, ojala que vengan, vamos a hacer lo posible, me encantaría que vinieran, nos encantaría poder ir, veamos qué se puede hacer, la tropa es la tropa y…. acá estamos, en la isla canaria llamada “La Palma” “La isla bonita”. Llegamos en avión en horas de la mañana, ahí estaba mi compadre, con unas amigas que esperaban a otra amiga que venía en el mismo vuelo. Abrazos, por fines, saludos, qué tales y click (cierta onda espectral). Nos fuimos a una casita que les dejó un amigo por unos días para que pasaran sus vagaciones, Ana estaba en el quinto sueño pero muy expedita hizo acto de presencia a penas cruzamos el umbral. Tomamos desayunito casero, con pan caliente recién comprado. Conversamos a mares, de esto de aquello.

Pablo desempeña una profesión que muchos pensarían, está por desaparecer. Es cartero, también es ecologista, uno de esos que lucha con furia al respecto, conocido y reconocido, entrevistas en la tele. Cara de bonachón, mirada de bonachón, habla de bonachón… bonachón como el solo caray. Ana es ecologista, redactora, madrileña, parsimoniosa, sonriente. La bienvenida ha estado placenterísima, agradable a más no poder.

En horas de la tarde nos mudaremos al departamento de los chicos y veremos qué nos depara el destino acá en La Palma… Sean bienvenidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario